¿Qué le pasó al Dalai Lama?

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¿Qué le pasó al Dalai Lama?

El video del Dalai Lama pidiendo un beso a un niño ha dejado a la luz la naturaleza humana, en esa inmediatez con que llegamos a juicios sin mayor reflexión.

Unas personas lo defienden ciegamente acudiendo a la manera tan conocida que tenemos las personas de evadir nuestra responsabilidad, como es reducir la conducta a: “era una broma”. También explicando la acción con costumbres culturales desconocidas para occidente "en el Tibet es una forma de saludar". En este sentido, sería interesante conocer la respuesta al video que han tenido en India y el resto de Asia, para ver si ha sido similar a la reacción desatada en este lado del mundo. En el video que vemos en los medios se oyen risas, no un murmullo desaprobatorio, pero eso no nos dice nada a favor, porque pueden haber sido risas nerviosas. Por otra parte, otras personas, las más numerosas, lo señalan como abusador de menores y lo igualan a los miles de monjes, curas y sacerdotes pedófilos que lamentablemente salen cada vez más a la luz

Al ver el video, luego del desagrado inicial sentí fue mucha extrañeza. Antes de apresurarnos a los juicios, deberíamos tratar de entender las conductas ajenas (y las propias). Las personas suelen ser coherentes y la imagen del Dalai Lama forzando al niño me resulta completamente incoherente. La trayectoria del Dalai Lama ha sido una muy diferente a la de un pervertido sexual. Entonces, ¿qué pasó ahí? La respuesta que viene a mi mente es que esta iniciando un proceso demencial.

La demencia frontotemporal o incluso el Alzheimer a veces debutan con cambios de comportamiento, mostrando conductas totalmente inusuales en la persona, por lo general muy inadecuadas y fuera de la norma. El Instituto Nacional para el Envejecimiento en Estados Unidos señala entre los síntomas más comunes de la demencia frontotemporal:

Falta de interés en los demás; conductas inapropiadas e impulsivas; falta de consideración con los demás; mayor interés sexual.

Iniciar una demencia es congruente con la edad del Dalia Lama. A pesar de las miles de horas de meditación que ha realizado a lo largo de su vida, las cuales pudieran haber ejercido un efecto neuroprotector (como lo prueban numerosos estudios científicos dedicados a determinar los beneficios de la meditación), él no esta exento de sufrir una degenración cerebral. Esta hipótesis sólo se corroboraría con el paso del tiempo, si continuan los cambios y aparece el resto de la sintomatología típica de esta enfermedad progresiva. Su comentario de hace poco años, acerca de que "una Dalai Lama mujer debería ser atractiva" sumaría puntos a esta hipótesis e indicaría que el inicio de la enfermedad lleva más tiempo.

"nadie se transforma en pedófilo de la noche a la mañana, no a los 87 años".

Esto no es un diagnóstico a distancia de alguien a quien no conozco, a partir de una noticia en los medios. Pero encuentro más lógica y coherencia pensar en esta posibilidad para explicar esa acción, que a concluir otro caso de un abusador de niños; porque nadie se transforma en pedófilo de la noche a la mañana, no a los 87 años -a menos que tengas una demencia-. Otra posibilidad es que siempre lo haya sido y no lo sabíamos, pero no tiene historial de estas conductas difíciles de ocultar como parte de sus tendencias previas, muy por el contrario, su historia es bastante limpia.

En cuanto al niño víctima del abuso, le hacemos mejor no imaginándolo traumatizado. Mientras más queramos culpar al Dalai Lama, más traumatizado debe quedar el niño. Para él prefiero recordar lo que afirma Gabor Maté, "el trauma no es lo que pasa, sino lo que ocurre en nosotros con lo que nos pasa". De un evento extremo como este se puede salir sin trauma; para lograr eso intervienen muchas variables, que deseo de corazón que el niño las tenga a su favor, y de esa manera este suceso, un probable síntoma demencial que lo tuvo a él como recipiente, no se convierta en un trastorno en su vida.

"el trauma no es lo que pasa, sino lo que ocurre en nosotros con lo que nos pasa".

Si estoy equivocada o no lo dirá el tiempo. Pero mientras tanto procuro mantenerme en la búsqueda de la comprensión de lo ocurrido, antes que apresurarme a emitir un juicio categórico que por ahora no cuadra.

De ser un pervertido, este referente espiritual universal perdería toda su credibilidad y respeto. Con esa pérdida se iría mucha de nuestra fe en la humanidad. De no ser un pervertido, sino una persona con un trastorno demencial incipiente, no merece el escarnio y desprestigio de que es objeto.

Como tampoco merecen la desaprobación tantas personas sobre las que emitimos nuestros juicios, esos que seguramente eliminaríamos si nos esforz;aramos un poco más por entender las causas de sus conductas.

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